Tipología de parejas y sus conflictos
Parejas jóvenes .- parejas jóvenes que se están adaptando a la convivencia y deciden tener hijos. Problemas habituales que presentan estas parejas y por lo que acuden a consulta:
- Problemas de adaptación a la convivencia y aceptación incondicional del otro sin intentar cambiarle. Cuando la pareja decide convivir se produce aquí un “choque de realidad” con respecto a las expectativas que cada miembro tiene de lo que es una relación de pareja.
- Desequilibrio de poder debido a que uno de los miembros es menos habilidoso a la hora de defender sus intereses con lo que el otro miembro va ocupando más espacio.
- Manejo adecuado de las familias de origen.
- Llegada de los hijos. Cuando la pareja decide tener un hijo se produce un cambio sustancial en sus vidas que la pareja tiene que aprender a manejar para poder realizar las adaptaciones oportunas a la nueva situación.
Parejas de mediana edad que conviven .- son parejas que ya llevan tiempo conviviendo y tienen hijos. Las dificultades más habituales a las que tienen que hacer frente estas parejas:
- Problemas de comunicación. Cuando se convive en pareja uno tiene que aprender que el otro es alguien diferente a mi, el otro no soy yo sino que es alguien que tiene unas necesidades distintas de las mías, una historia de aprendizaje diferente, no es mejor ni peor sino simplemente distinto.
Aprender a manejar estas diferencias de una forma adaptativa nos puede ahorrar muchos malos entendidos a la hora de comunicarnos con el otro.¿Le estoy comunicando a mi pareja cómo me siento, le digo lo que quiero, soy capaz de frustrarme de forma adecuada cuando no obtengo lo que quiero sin castigar por ello?
Lo que no es hablado se enquista y hace daño, el cúmulo de cosas que no hemos hablado en su momento son una línea directa al resentimiento y a los reproches.
- Rutina. Las parejas que llevan ya tiempo conviviendo se enfrentar con el paso de los años a un nuevo reto. Con el paso de los años el otro se ha vuelto predecible, lo negativo ha cobrado fuerza y lo positivo nos hemos acostumbrado y lo dejamos de ver. En este escenario han de saltar las alarmas y las luces rojas.
Las consecuencias de este escenario pueden ser peligrosas:
- Insatisfacción personal. Empezamos a focalizar la atención en lo negativo y no en lo positivo, esto lo valoramos cuando lo perdemos pero hay que intentar no llegar a este punto.
- Falta de deseo sexual. Las cosas se han vuelto predecibles, nos hemos instalado en las rutinas, nuestro escenario se vuelve “gris”.
- Se incrementa el riesgo de una infidelidad. Qué ocurriría si en este escenario descrito aparece una persona que nos atrae y con la que toda nuestra historia está por escribir, es decir, sólo vemos lo positivo en comparación con lo que tenemos en casa.
- Desequilibrios de poder. Con el paso del tiempo se van estableciendo patrones de interacción entre los miembros de la pareja y estos pueden reflejar ciertos desequilibrios como un patrón de dominancia/sumisión que pueden llevar a la insatisfacción de uno de los miembros de la pareja.
- Educación de los hijos. Si los padres tienen estilos educativos muy distintos puede dar lugar a la aparición de conflictos de manera que uno de los progenitores puede llegar a sentir que el otro no le apoya o incluso sentirse desautorizado por el otro progenitor.
Parejas de adultos mayores.- son parejas que llevan conviviendo 50 ó 60 años, se han adaptado el uno al otro y ahora tienen que hacer frente a nuevos retos, a cambios como por ejemplo aprender a envejecer juntos. En esta etapa es importante ir aceptando todos esos cambios que inevitablemente se irán dando a medida que nos hacemos mayores. Los situaciones más habituales a las que se tienen que enfrentar esta parejas:
- Los hijos se van de casa. Uno de los retos a los que se enfrentan las parejas es cuando los hijos crecen y se independizan. Esta situación supone un nuevo reajuste en la vida de pareja ya que los dos vuelven a estar solos como al principio de su relación.
- Jubilación de uno ó de los dos miembros de la pareja. Qué ocurre con la pareja si la rutina del día a día se ve alterada cuando uno o los dos miembros de la pareja se jubilan. De nuevo toca redistribuir las tareas, modificar los roles que se han desempeñado hasta entonces y construir una nueva forma de convivencia, de distribución del tiempo y el poder.
- Sexualidad de los mayores. Con la edad tanto los hombres como las mujeres sufren cambios hormonales que van a afectar al deseo sexual.
Así la menopausia en las mujeres lleva aparejada una mayor sequedad vaginal que puede llevar a sentir dolor durante la penetración, una mayor dificultad para alcanzar el orgasmo y la respuesta a los estímulos es más lenta y necesita más tiempo para recuperarse. El hombre al llegar a la andropausia disminuye sus niveles de testosterona, su respuesta a la excitación se hace más lenta, con una erección menos firme, unos orgasmos más cortos y con una necesidad de tiempo mayor para recuperarse y poder tener un nuevo coito.
Conocer y ser consciente de todos estos cambios que se producen con la edad contribuyen a seguir manteniendo una buena vida sexual.
- Cuando la enfermedad hace su aparición. Llegar a la edad de adulto mayor significa aceptar cambios físicos y psicológicos que poco a poco irá experimentando la persona. Este hecho puede hacer que la persona viva esta etapa como una etapa de “pérdidas” tanto a nivel físico, como cognitivo y social.
Una situación cada vez más común entre los mayores debido al incremento en la esperanza de vida es el diagnóstico de algún tipo de demencia como la enfermedad de Alzheimer, la enfermedad de Pick, la enfermedad de Parkinson, la Corea de Huntington o las producidas por enfermedades vasculares.
La aparición de la enfermedad va a cambiar la vida de la persona y de su entorno, sus familiares también se van a ver afectados. En la mayoría de los casos, la enfermedad conlleva dos pacientes al mismo tiempo: por un lado el mayor enfermo que es el que se ve, al que hay que llevar a la consulta; y por otro, el cuidador principal que es sin duda el “paciente oculto” de la enfermedad pero que precisa de igual manera atención, dedicación y cuidado para disminuir su sobrecarga física y psicológica.
En este escenario nos encontramos con que la depresión en las personas de más de 65 años en un problema al que hay que prestarle atención ya que muchas veces la persona puede presentar otro tipo de enfermedad crónica o degenerativa que esté enmascarando la depresión.
- Cuando llega la hora de marcharse y decir adiós. Los adultos mayores estamos viendo que se enfrentan en la última etapa de su vida a muchos cambios que son percibidos como pérdidas. En esta etapa de la vida el adulto mayor está tratando de llegar a un acuerdo con su propia muerte así como también con la de sus familiares y amigos que van viendo como envejecen y desparecen lo que puede provocar sentimientos de pérdida de identidad.
Si siempre resulta difícil continuar la vida tras la pérdida de un ser querido, para los adultos mayores más aún por ser la etapa de la vida en la que cobran una relevancia especial los afectos.
Aprender a vivir sin la pareja que les acompañó durante parte de su vida es un nuevo reto al que el adulto mayor tendrá que hacer frente de nuevo.
Como vemos la vida está llena de situaciones, de cambios y retos a los que tenemos que hacer frente. Hacerlo de una manera adaptativa o no depende de nosotros.
Difícilmente vamos a poder cuidar de los demás si no hemos aprendido a lo largo de nuestra vida a cuidarnos a nosotros mismos. Cuidémonos y trabajemos por nuestro bienestar. El mejor plan de jubilación será invertir en nosotros mismos.
¿Es el divorcio una solución a los conflictos?
Depende de la pareja de la que estemos hablando. Se ha comprobado que el divorcio y la separación no arreglan nada porque dejan a las partes en situación de cometer los mismos errores, es decir, los que se divorcian y se casan de nuevo se vuelven a divorciar con más probabilidad que los que se casan por primera vez.
Las personas no maduran porque fracasan, sino en función de cómo se asimilan los fracasos. Por eso, la principal habilidad para superar los problemas de pareja consiste en convertir la experiencia en un aprendizaje vital que nos capacite para evitar, en el futuro, errores similares a los cometidos en el pasado.